1926
Las luces del porche se encienden de nuevo
temprano en noviembre,las hojas muertas
se amontonan, chirría el columpio
de mimbre. Por todos los solares
Un fonógrafo está tocando Ja-Da.
Una luna anaranjada. Veo las vidas
de los vecinos, planeadas y destruidas
como todas las guerras por venir. Y R.
demente, y B. con un tajo en la garganta,
quince años después, en Omaha.
No conocía a ninguno por entonces.
Mi Airdale terrier rasguña la puerta.
Regreso de visitar a Milton Sills
y Doris Kenyon. Doce años de edad.
Las luces del porche se encienden de nuevo.
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