Acaricio a los libros,
me despido de sus páginas,
de sus lomos gastados,
de su olor a vainilla y cortezas añejadas,
de sus trazos de humedad, tinta, pétalos,
café, insomnios...
de las tantas horas que allí me refugié
como un fugitivo de sus perros perseguidores
o un ermitaño que huye del mundo y sus batallas
por el vellocino de oro.
Acaricio a los libros
como a los muslos perfumados de una amante
que(presiento) me otorga una última noche
como una bendición o un tiro de gracia
antes de irse a modelar el barro de otros cuerpos,
de otra incertidumbre.
Acaricio a los libros,
me despido de la única realidad que conozco,
la única existencia: mitos, palabras, ensueños...
A este hora prístina del amanecer
cuando la lluvia golpea en los cristales
al ritmo de una sonata de Schubert,
acaricio a los libros como el que parte
hacia una guerra o un exilio del que jamás regresará.
Afuera, emergiendo de una neblina azul,
me espera un landó, el júbilo de unos cuervos,
y la sonrisa evanescente de Emma Bovary.
ACARICIO A LOS LOS LIBROS...
Publicado por Jo Ruiz en 10:06
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